“Para olvidar a alguien hay que volverse extremadamente metódico”, dice Verónica, la inolvidable protagonista de esta novela, una artista visual mexicana, hija de exiliados políticos argentinos. Luego de una ruptura amorosa, Verónica regresa al departamento que alguna vez compartió con su hermano y del que un día su madre desapareció en forma misteriosa y repentina. Perdida entre la soledad y el vacío, sabiéndose “una compiladora de historias irremediablemente truncas”, se dedica a contarse y a contar su propia vida, en desorden, como no puede ser de otra manera. Ahí donde las palabras no alcanzan, recurre a dibujos y a diagramas extraídos de la teoría de conjuntos para explicarse los cabos sueltos: el amor y el desamor, las consecuencias del exilio, las raíces familiares, los ciclos vitales, las nuevas relaciones, todas las personas del pasado y del presente que se intersecan en los múltiples pasajes de esta historia.
Narrada con una voz de una hondura conmovedora que no excluye el humor y el desenfado, Conjunto vacío sorprende en cada página tanto por su belleza e inteligencia como por su gracia formal. Un libro concebido como pieza de arte visual que renueva como pocos el panorama de la narrativa latinoamericana contemporánea.