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por Almagro

"Este es un libro de consignas compuestas a lo largo de años de dar talleres de escritura. Cada tanto, como buena hija de contadores, recopilaba las del último tiempo y las numeraba. Eran apuntes de instrucciones bien precisas, que después en los encuentros se ramificaban.

Para alguien dedicado a la escritura, cuyo medio es un narcisismo solitario y silencioso, la creación grupal era un oasis. Fuego refrescante, como solo una licencia poética lo puede llamar. Todos tirábamos para el mismo lado, y lo que surgía se revelaba en una trenza humana, con tiritas que se iban cruzando, ascendiendo en inspirada espiral, o como una búsqueda submarina de tesoros que iluminábamos, llevándonos los destellos hacia la superficie, para construir un museo animado, una perfo, un ritual. Este libro quiere acompañarte como si estuvieras escribiendo en comunidad, haciendo un taller.

En una época tuve una alumnita adolescente que tomaba el taller sola porque era muy tímida. Nos encontrábamos en una gran confitería de Villa Crespo. Ella se pedía un té, yo le daba la consigna. Revolvía temblando su taza mientras pronunciaba las indefectibles palabras de cada semana: ¿y si no me sale nada?

Te parece dulce y gracioso, ves su fragilidad con una gran ternura de persona adulta y dueña de sí. Pero, ¿no te pasa igual? ¿No sentís el mismo bloque de hormigón que te impide entrar de un salto en el placer y deslizarte por las palabras? Admitamos que nos tiembla el pulso, que tenemos miedo derramar el té, de quemarnos o de que nos quede demasiado dulce.

Pero todo va a estar bien. Algo va a salir. Vas a salir de vos. Vas a entrar. Vas a moverte por las palabras, revolviendo con la cucharita aunque tiembles. Vas a seguir ese tintineo hacia tu infinito interior. Vas a tomar tu té. Vas a bailar.

Como si de la cabeza largáramos trenzas, como si las palabras se encendieran hipnóticas, tangibles. Bailemos. Que las oraciones sean moldes esponjosos donde macerar frutos, ramaje viejo y alto deseo."